Sí, de este modo es. Ratinho Pérez cumple 121 años. Un ‘viejo venerable’ y entre los mucho más estimados y populares por los pequeños a los que contribuye a sobrepasar la pérdida del primer diente con un óptimo obsequio.
El año pasado, Ratinho Pérez le dio a cada niño 21 centavos menos por cada diente perdido. De esta forma lo asegura un trabajo de investigación hecho por VISA. El Hada de los Dientes asimismo está en crisis. Cada diente se paga mucho más económico que antes. Específicamente, 2,83 euros por cada diente en 2015, al paso que en 2014 se pagaron 3,04, o 3,28 euros en 2013. Y sucede que este dinero está de forma directa relacionado con la economía familiar de una vivienda. La crisis en las familias se aprecia en todos y cada aspecto, y Ratón Pérez no es la salvedad. Cada vez se da menos a los pequeños por carecer de dientes, puesto que las familias tienen menos liquidez. Asimismo se usan los regalos, si bien es mucho más bien difícil dejarlos bajo la almohada, con lo que las monedas, si bien sean menos, prosiguen siendo el obsequio mucho más habitual. En todo caso, la crisis ha golpeado al hada de los dientes en el mundo entero.
Origen y tradición del ratón Pérez
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El ratón Pérez en otras etnias
La figura del ratón no es solo clásico en la civilización habitual de españa y también latinoamericana. En países asiáticos como India, El país nipón o Vietnam, es común que los pequeños tiren sus dientes mientras que desean que se los reemplacen por los de un roedor.
¿La razón? la espléndida capacidad que tienen estos animales: sus dientes medran durante su historia. Además de esto, es muy normal que los bebés se saquen los dientes si el diente es de la región de la mandíbula superior o los oculten bajo la cama si forman parte a la zona de la mandíbula inferior.
Ratinho Pérez, un cuento de reyes
El día de hoy, desde Vitaldent, les contamos de dónde viene este peculiar personaje: Ratinho Pérez. En España, nació de la imaginación del escritor, periodista y jesuita español Luis Coloma. Allí por el año 1894, la Casa Real encargó al escritor que creara un cuento para el rey Alfonso XIII, que por entonces tenía 8 años y terminaba de perder una muela.
El escritor creó la narración de un ratón que vivía con su familia en una enorme caja de galletas, en el almacén de la entonces conocida confitería Prats, en el número 8 de la calle del Arenal, en pleno centro de La capital española. El pequeño roedor se escapaba de manera frecuente de su casa y, mediante las tuberías de la región y engañando a los gatos de la región, llegaba a las habitaciones del pequeño Rey Buby (Alfonso XIII) y a las de otros pequeños pobres a los que se les habían perdido ciertos dientes.
Los amigos de Ratinho Pérez
Ratinho Pérez vive en España y con su magia viaja a Sudamérica, pero en otros países asimismo están sus amigos que hacen exactamente el mismo trabajo en el momento en que se les caen los dientes a los pequeños. ejemplo, en los países anglosajones existe el hada de los dientes, en Italia existe otro ratón llamado Topolino.
En España, como hay bastante trabajo, Ratinho Pérez asimismo comparte trabajo con ciertos de sus compañeros, como: ‘L’angelet de les dents’ (El angelito con dientes) en Cataluña, ‘Maritxu Teilatukoa’ (María del tejado) en el País Vasco y ‘L’Esquilu de los dientis’ (La ardilla con los dientes) en Cantabria.
¿Qué haces con tus dientes?
El hada de los dientes es un profesor de los dientes. Conoce las técnicas de precaución y conservación de los dientes y su interés por preservarlos lo mucho más íntegros viable a fin de que reluzcan. Al Hada de los Dientes le atraen más que nada unos dientes bien cuidados y sin caries.
En un inicio, Rato Pérez modificaba sus dientes por una moneda, pero con el paso del tiempo empezó a cambiar sus dientes por toda clase de regalos sorpresa, y asimismo monedas en el momento en que correspondía. En el momento en que a un niño se le cae un diente de leche, se invita al Hada de los Dientes a agarrar el diente, siempre y cuando se ponga bajo la almohada o se señale el sitio exacto donde se encontraba el diente.