Saltar al contenido

Qué comían los soldados en la guerra de las Malvinas

Oficiales, suboficiales y soldados consumieron estofado de ave marina (avutarda) y ciertas conservas. Más allá de que el prominente mando prohibió la enajenación de ovejas, para (en balde) apoderarse a los isleños, el jefe del Regimiento de Infantería 5 (Pt.

tras la iniciativa de formar parte en el Particular Malvinas Este producto apareció en Vuelo de Vuelve, el software de radio conducido por Román Lejtman, con una columna sobre la dieta de los soldados a lo largo del combate: Román me mencionó que de un estimado de 5,000 calorías capaces para un soldado en combate, nuestros soldados han recibido solo 1,500. Consulté a un conjunto de expertos, varios de los cuales participaban de manera directa en la guerra.

Anunciado en Puerto Argentino en el Comando de la Brigada de Infantería III, el Coronel (R) Marcelo Neumann ten en cuenta que “era realmente difícil dar de comer y paga, si tienes apetito.” Nuestras fuerzas tenían cocinas de guerra desde 1914, máquinas increíblemente enormes y pesadas, bien difíciles de movilizar, que funcionaban con madera, como una cocina echando humo, se puede observar a km de distancia. tanancia Esto añadió otra restricción a la complicada activa sobre nutrición.

Comer tras las trincheras

Pero, como exhibe 1917, tras cada trinchera había una vida efervescente, que iba y venía, y gente que debía comer. En los años que duró el combate, la nutrición de los soldados varió, haciéndose, en los últimos tiempos, mucho más dura y el sustento mucho más poco por carecer de previsión, puesto que se suponía que la guerra durara bastante el menor tiempo. No obstante, había una técnica de conservación que era incesante, la del envasado, más que nada de la carne. Eran una manera confiable de asegurar el buen estado de los alimentos, aparte de ser económicos, simples de guardar y repartir.

Un año tras el comienzo de la guerra, y como el horizonte se encontraba obscuro, el ejército concibió tres géneros de porciones para dar de comer a sus tropas: Ración de Reserva, Ración de Trinchera y Ración de Urgencia. El primero, de unas 3.000 calorías, lo llevaban los militares para el consumo períodico en ocasiones en las que no era viable comer en los campamentos, y consistía en 453 gramos de carne en guarda, 2 latas de pan de 226 gramos, 68 gramos de azúcar , 31 g de café torrado y molido y 0,16 g de sal.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *