¿Qué es el malestar o mal espiritual? La irritación o el mal espiritual se genera si tienes inquietudes o andas molesto con tus valores y sistemas de opiniones. Sucede en el momento en que un individuo no puede conseguir fuentes de concepto, promesa, amor, paz, consuelo, fuerza o conexión en la vida.
Un profesional ecuatoriano, que gana en promedio US$ 2.000 por mes, debería trabajar 41 años y medio para recaudar US$ 1 millón. Esta es la cantidad que la jueza Quinta de Garantías Civiles de Pichincha, María Mercedes Portilla, determinó que los cronistas Juan Carlos Calderón y Christian Zurita paguen al presidente Rafael Correa evidentemente daño ética.
El tribunal estimó que el libro ‘El Enorme Hermano’, escrito por los estudiosos, afectó psicológicamente al presidente, ya que habría sido acusado de tener conocimiento de los contratos que firmaron con compañías enlazadas a su hermano Fabricio Correa el estado.
Entablar una práctica espiritual día tras día
Varios de estos óbices espirituales brotan de nuestra naturaleza inferior, con lo que una manera de superarlos es entablar una práctica espiritual día tras día, que cambia de manera regular nuestro enfoque hacia una mayor nivel superior nivel de conciencia. Tenemos la posibilidad de conseguir un propósito alto mediante la adquisición de virtudes y mejores espirituales, según Abdu’l-Bahá:
¿Por qué razón medios puede el hombre conseguir estas cosas? Primero, a través del conocimiento de 2. Segundo, a través del amor de Dios. Tercero, por medio de la fe. Cuarto, mediante proyectos filantrópicas. Quinto, a través del autosacrificio. Sexto, a través del desapego de este planeta. Séptimo, mediante la santidad y la bienaventuranza.
Motivaciones confusas.
La necesidad de completar nuestro vacío sensible, la creencia de que el sendero espiritual nos liberará de los sufrimientos de la vida y el deseo de ser destacables y “mágicos” nos llevan a combinar estas pretensiones con el deseo auténtico y puro para medrar
Como asegura Caplan, «En esta patología, el ego se identifica con nuestras vivencias espirituales y las toma como propias, y comenzamos a opinar que nos encontramos incorporando ideas que han surgido en nosotros en ciertos instantes». Por supuesto, esto no dura indefinidamente, si bien tiende a perdurar en esas personas que se piensan «alumbradas» o que se comportan como «profesores espirituales y de vida».