La invocación y su práctica hacen que la personalidad y el alma se fusionen en una unidad combinada y concentrada, algo que crea en nosotros un profundo sentido de la verdad, de entusiasmo por la vida y asimismo genera una energía brillante, imantada y activa.
Desde hace unos años siempre y en todo momento se charla de seres angélicos que nos acompañan en el chato terrestre y que nos guían, acompañan, resguardan y asisten en los distintos procesos de la vida. No obstante, pese a entender cuentos bíblicos como el aviso del hijo de Dios a la Virgen María por la parte del Arcángel Gabriel, reconocido como el ángel de la comunicación, algunos conocen que todos y cada uno de los humanos contamos la aptitud de estar comunicados con ellos y oír sus mensajes.
Todos tenemos la posibilidad de ponernos en contacto con los ángeles, sin salvedad. Es una falacia opinar que debemos ser seleccionados sensibles o dotados para oír la voz de Dios y los ángeles. Como Dios nos creó a todos iguales, todos contamos exactamente el mismo don.
Dedica una carta a tu ángel
Si los ejercicios de visualización te resultan bien difíciles, este ritual es para ti. Tome una hoja blanca y escriba la fecha y el nombre en ella. Entonces redacta lo que tienes en cabeza y lo que deseas. Ten en cuenta que le andas escribiendo a tu ángel de la almacena, con lo que tienes que dedicarle la carta. Acaba agradeciéndoles por venir y dobla en el medio o por 4.
En el fregadero, sosten la carta por la parte de abajo y quema la parte de arriba con una cerilla de izquierda a derecha. Deja que se queme completamente; confía en que tu ángel te va a dar las respuestas.
¿De qué manera hay que invocar a los ángeles?
La invocación se efectúa mediante la visualización, que es un auténtico acto mágico en la vida humana, puesto que es viable «hacer mágicamente» usando nuestros poderes divinos con el apoyo de los Ángeles.
La invocación y su práctica hacen que nuestra personalidad y nuestra alma se fusionen en una unidad combinada y concentrada. O sea algo que crea en nosotros un profundo sentido de la verdad, de entusiasmo por la vida y asimismo genera una energía brillante, imantada y activa.