Aun si su cónyuge o pareja es un civil, lo que incluye a gobernantes del gobierno, contratistas civiles o integrantes de la familia de un militar, los militares tienen la posibilidad de tomar medidas en contra suya si comete un delito de crueldad doméstica.
Desde el caso Carcausto, es requisito resaltar la necesidad de que el Estado garantice los derechos de la gente en el servicio militar, construyendo un desarrollo sostenido de educación y capacitación en derechos humanos.
En el periodo de 1998 a 2006, la Defensoría del Pueblo documentó 246 demandas presentadas por personal militar, de las que 56 corresponden a muertes ocurridas en entidades militares y 190 a presuntas torturas y tratos atroces o degradantes. A propósito, es en nuestro Cuartel de Tarapacá -donde en teoría Carcausto fue privado de su independencia- donde ahora se presentaron tres demandas referidas al trato inhumano a otros militares.
En los años siguientes, entre 2009 y 2013, hubo una disminución notable de nuevos casos de asaltos contra militares, pero estas prácticas persisten. De esta manera, en 2017 4 jóvenes soldados se ahogaron tras ser forzados a entrar a la playa de Marbella, no capaz para bañarse, sin ningún género de seguridad, al paso que en el mes de abril de ese año Richard Inga Rojas, cadete de la Escuela Militar de Chorrillos, a consecuencia de los pésimos tratos físicos perpetrados. por instructores militares.
A lo largo del año que convivieron, se comprobó que la mujer había sido víctima de crueldad física, dominio, dominación y control por la parte del encausado.
Jesús Esteban Álvarez Navarro, cabo tercero adscrito al Batallón de Cuidado Aeronáutico Tolemaida, fue perjudicado por una medida de seguridad interna, que debe efectuar en un centro de detención militar en Bogotá, gracias a la investigación que adelanta el Ministerio Público Cargo sigue por el delito de crueldad intrafamiliar calificada contra su pareja sentimental.
El asegurado fue detenido con las manos en la masa el 18 de abril, en el vecindario de Santa Bárbara de Melgar (Tolima), en el momento en que entidades de la Policía de Supervisión encontraron a la víctima, golpeada y claramente maltratada, en la vía pública.
La necesidad de sostener la guerra sobrepasa la necesidad de justicia en casos de castigo.
Un participante de la manifestación a lo largo de una queja contra la guerra en Hollywood el 20 de marzo de 2010. Laleh Haverim / El Nuevo Sol
Por ADOLFO FLORES O NOVO SOL