Con esto, se nos recuerda cuánto nos amó Jesús a todos nosotros individualmente y como raza humana mientras que colgaba de aquella despiadado cruz que pasó de ser un signo de tortura, a ser un signo de salvación para toda la raza humana. Es imposible ver un crucifijo sin ver el Enorme Amor.
Frecuentemente los católicos empleamos indiferentemente una cruz o un crucifijo como expresión exterior de nuestra fe. Pero, ¿sabías cuáles son las diferencias entre ellos? ¡Aquí te lo contamos!
Lo que al comienzo semeja una distinción menor puede transformarse en un reflejo de nuestras opiniones católicas mucho más profundas.
Anatomía del Crucificado de Miguel Ángel
Las clases de anatomía de Miguel Ángel en el Hospital Beato Spirito de Florencia tuvieron su eco en el Crucificado de madera policromada.
Como se mentó previamente, la situación sobre la Cruz le adjudica un movimiento serpentino. Pues si bien parezca una cuestión de estilo y imaginación, esa es la contestación del cuerpo. Un pie sobre el otro lleva a la rotación de las piernas hacia un lado. Este giro provoca que el hueso de la cadera asimismo gire, exponiendo la nalga a la izquierda.
Cruz
La cruz es una parte de nuestra vida.Shutterstock | PUWADON SANG
La cruz se convirtió en un símbolo universal del cristianismo. Pero, en rigor, el término tiene relación solo al instrumento, sin integrar la representación del cuerpo de Cristo clavado en él.
OBEDIENCIA
De todos modos, hay un sinnúmero de cosas que Jesús logró mediante la crucifixión y varios puntos impresionantemente importantes para examinar. Entre los mucho más esenciales está vuestra obediencia. Jesús no se sorprendió de que su historia y ministerio culminaran en una muerte tan despiadado. En todo el Evangelio, Jesús pronostica su muerte: “Desde ese momento Jesús empezó a decir a sus acólitos que debía proceder a Jerusalén y padecer bastante con los jubilados, los primordiales curas y los redactes; que lo matarían y que resucitaría al tercer día” (Mt 16,21). Jesús escogió viajar a Jerusalén más allá de que sabía que iba a fallecer, y lo logró por el hecho de que su Padre se lo solicitó. Indudablemente fue bien difícil, pero afirma: “En este momento mi alma está turbada. ¿Afirmaré quizá: Padre, líbrame de esta hora? ¡Si exactamente llegué a esta hora para combatir todo lo mencionado! (Jn 12,27).
Jesús se planteaba fallecer. Tengamos en cuenta que el Jesús que fue golpeado por los soldados romanos y clavado en la cruz es asimismo el Jesús que escapó prodigiosamente de las multitudes enfurecidas; Él es exactamente el mismo Jesús que curó a miles, resucitó a personas de entre los fallecidos y secó una higuera solo por mencionarle que muriera. Jesús jamás está desvalido o indefenso. Aun en la cruz, él tiene el control. Las Escrituras nos charlan de la actitud de Jesús al arrimarse a su pasión: «que el Padre había puesto todo en sus = manos y que había salido de Dios y a Dios volvía…» (Jn 13,3). Jesús se aproximó a su Pasión y muerte con pleno conocimiento de que el Padre había puesto todas y cada una de las cosas en sus manos. En otras expresiones, él tenía el control y escogió libremente ser obediente al plan de su Padre.