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Quién creó el limbo

Este sitio fue descrito por Dante Alighieri en la Divina Comedia. El poeta italiano lo detalla en el siglo XIII como un espacio lleno de ánimas que no conocieron a Dios en vida.

Para la religión católica romana, el limbo era el sitio donde radicaban las ánimas que, habiendo habitado la Tierra, pasaban a la otra vida sin tener otro pecado que el original. San Agustín describió el limbo como algo muy afín al infierno, pero menos lamentable físicamente.

Más tarde, el limbo se dividió en 2 partes: el limbus patrum, donde las ánimas bondadosas que tuvieron la desgracia de vivir antes de la llegada de Cristo y por ende no han recibido el bautismo, y el limbo guardado a los pequeños que fallecieron antes ser bautizado, el limbo infantil. No hay base bíblica para opinar en la presencia de este ubicación articulo mortem. Es requisito asistir a los escritos de los Beatos Progenitores para conseguir razonamientos que la sustenten, por servirnos de un ejemplo, en los escritos dejados por San Gregorio Nacianceno y San Agustín, quienes charlan del limbo como estado y sitio donde van las ánimas de los hombres. que no llegaron al empleo de razón o que no fueron bautizados y por consiguiente solo retienen el pecado original. Estas ánimas están privadas de la visión de Dios, que es un don gratis, no están castigadas con aflicciones y tienen la posibilidad de disfrutar de la alegría natural. El Concilio de Cartago, en el año 418, declaró que la iniciativa del limbo era falsa. No obstante, en el Catecismo de Trento, decretado tras el Concilio de Trento (siglo XVI), al ofrecer una explicación de los sitios a donde van las ánimas privadas de gloria, afirma lo siguiente: «hay un tercer género de cavidad, donde las ánimas de los santurrones antes de la venida de Cristo nuestro Señor, donde, sin sentir mal, sostenidos por la promesa feliz de la redención, gozan de una morada sosiega. En el contexto espiritual católico de roma, entonces, el limbo tiene relación a un estado tras la desaparición que es ni cielo ni infierno

El los pies en el suelo y la Biblia

Las sagradas escrituras infieren que el los pies en el suelo debe formar parte a todos y cada uno de los hombres que se identifican por el los pies en el suelo en la toma de resoluciones. versos de Proverbios y la necesidad de ser sensato o sutil frente a las adversidades o instantes incómodos la multitud conoce al hombre forma adecuada de actuar y sostener la tranquilidad más allá del género de inconveniente que encaren. Agraciados los que consiguen estos dones y se favorecen al notar la vida como la ve Jehová.

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