El Blue Demon es una criatura despiadado que en el momento en que lúcida se comporta como un hombre salvaje lleno de deseos de guerra. Se le enseña regularmente con una expresión «feliz», y en el momento en que está en guerra, se regresa muy frenético y exhausto.
La luz aparente son ondas electromagnéticas que tienen una longitud de onda entre precisamente 0,4 (azul) y 0,7 (colorado) milésimas de milímetro. Otras radiaciones electromagnéticas difieren de la luz únicamente en su valor de longitud de onda, considerablemente más largas en las ondas de radio y cientos de ocasiones mucho más cortas en los rayos X. Ya que la longitud de onda está inversamente relacionada con la energía de las ondas, absolutamente nadie se oculta de las ondas de radio, que son de baja energía, pero de enorme se debe tener precaución con los rayos X, puesto que siendo mucho más energéticos son precisamente dañinos. Al lado de la luz azul, los rayos ultravioleta son invisibles y tienen una longitud de onda mucho más corta. Están presentes abudantemente y tienen la posibilidad de ocasionar quemaduras en la piel y daños en los ojos. De ahí que es una práctica precisa y universalmente admitida protegerse apropiadamente de la radiación ultravioleta. Pero en los últimos tiempos hubo recomendaciones de ciertos científicos que aconsejan no solo protegerse de los rayos ultravioleta, sino más bien asimismo eludir la luz azul. En un caso así, no hay consenso, estando 2 tendencias enfrentadas sobre si la luz azul es amenazante para nosotros o, por contra, precisa e inclusive ventajosa. Se conoce que un exceso de luz azul puede dañar nuestra retina. En consecuencia, el ojo está naturalmente protegido con mecanismos de compensación capaces. El cristalino y el pigmento macular son de color amarillento, lo que señala que filtran una gran parte de la luz azul que llega al ojo, impidiendo que llegue en su integridad a la retina. No obstante, hay quienes suponen que hay que “asistir” al ojo en la labor de filtrar la luz azul con unos lentes amarillos concretos o lentes de contacto que suprimirán la mayoría del azul que llega a la retina. Por otra parte, está bien probado que en el momento en que nos encontramos en entornos ricos en luz azul, nuestro estado anímico optimización. De ahí que, por contra, hay quienes fomentan la utilización de lámparas destacables con mayor proporción de luz azul, más que nada en la gente mayores, en las que el cristalino se torna mucho más amarillento. No es asombroso que varios sitios de trabajo estén alumbrados con mucho más luz “blanca”, esto es, mucho más azul, para fomentar la actividad. O que prefiramos una iluminación mucho más “amarilla”, o sea, con menos azul, en el momento en que deseamos reposar. ¿Es la luz azul como un «ángel» que nos impulsa de forma positiva o un «demonio» que daña tranquilamente nuestra retina? A mi juicio, una correcta protección ultravioleta sería bastante para dejarnos gozar de los colores azules.