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Qué significa tener un príncipe azul

Hace unos días recibí una llamada de una emisora ​​de radio para formar parte en una charla sobre el Príncipe Azul: «Había una vez, un Príncipe Azul salvó a una princesa…», o como nos comenta Washington Irving en Leyendas de la Alhambra: “Zaida llamó a sus hermanas, y las tres se asomaron por el enrejado. Entre los presos vieron tres caballeros españoles, en la flor de su juventud, de porte noble y ricamente vestidos. La aparición de esos tres señores de porte afortunado y felicidad masculina causó un revuelo en lo mucho más profundo de sus sentimientos”.

NUESTRO PRÍNCIPE AZUL Y OTROS MITOS PARA NO LOGRAR UN AMOR SUBLIME

            1.- EL MITO DEL PRÍNCIPE AZUL.

Hablamos de la búsqueda del hombre especial, poseedor de virtudes que lo hacen prácticamente sobrehumano. Responde a los cánones del papel masculino en el cine romántico: intrépido, guapo, presto a salvar a la indefensa princesa de los mucho más cruentos riesgos. En la vida real, los príncipes cautivadores no hay, ni son precisos, por el hecho de que no hay princesas, solo mujeres independientes que saben valerse por sí mismas.

Qué es el Síndrome del Príncipe Cautivador

En contraste al síndrome de Cenicienta, que sucede solo en mujeres, este trastorno puede suceder en los dos sexos. Quienes sufren el síndrome del príncipe azul imaginan a su pareja ideal como un individuo impecable, prácticamente sin defectos y con un carácter o personalidad que encaja con perfección con la suya. Además de esto, como solicitan poco, piensan que esta pareja va a tener una hermosura muy sobre la media, una enorme sabiduría y una aceptable situación popular y económica.

Los damnificados por el Síndrome del Príncipe Azul procuran inconscientemente a alguien como su padre (si son mujeres) o como su madre (si son hombres), por el hecho de que ven en ellos a la persona especial: los progenitores son afables y tratan a sus hijas como princesas, al paso que las mamás cuidan y resguardan a sus hijos.

Vivir a la sombra de un hombre por el momento no está de tendencia

No tenemos ganas un príncipe azul por el hecho de que significa ser su sombra muchas veces. Por el momento no somos personas sumisas cuyo único propósito es agradar nuestro amor, sin tener en cuenta lo que deseamos.

La independencia tiene un precio incalculable para muchas mujeres. La carrera, los estudios o sencillamente los amigos y la familia tienen la posibilidad de hacernos sentir contentos y completados. Si un hombre está junto a nosotros, debe traernos alegría, no tristeza.

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