Tuisto es popular por los escandinavos como Buri, nombrado en la Prosa Edda por Snorri Sturluson, siendo Buri el primer dios de la creación. Para los germanos y sajones fue el primer dios que existió, el que nació de la tierra, o sea, Nerthus.
Savic y Ferran Torres se fueron a duchar temprano. Corrían los 91 minutos del partido en el momento en que los 2 players de manera inexplicable se enzarzaron en una acción caracteristica de otro deporte. El delantero del Barcelona empezó la riña sujetando a su contrincante por los pelos. Entonces al montenegrino no le logró felicidad y lo agarró por el cuello. Primero poniendo el antebrazo sobre la nuez de Adán y después por detrás. Este combate digno de la UFC terminó con un último agarrón en las partes nobles del jugador del Barça.
¡¡Me quité los guantes!! 🥊
Como el dios egipcio de la crueldad, la discordia y el caos, el mito afirma que Seth mató a su hermano en pos de venganza. Esta es su crónica.
Seth, entre los dioses mucho más esenciales del viejo Egipto, era hijo de Geb (tierra) y Nut (cielo), por consiguiente, Osiris, Isis y Neftis eran sus hermanos. Esta deidad correspondía al desierto, los eclipses, las tormentas eléctricas y los terremotos. Su representación todavía es objeto de enfrentamiento, en tanto que no está claro qué animal le dio forma. En la mayoría de los casos, se le asocia con un zorro, si bien todavía no hay consenso.
Según la Britannica, Seth figuraba como el elemento preciso de crueldad y caos en el planeta ordenado. En la antigüedad se le representaba como un tramposo. No obstante, asimismo se consideraba el asegurador de los mercaderes, soldados, cazadores y cualquier persona que pasara largas jornadas fuera de casa. Además de esto, tenía popularidad de cultivar la discordia entre los contrincantes de Egipto, dando de esta forma a su pueblo una virtud en la guerra.
La creación de un nuevo cosmos
La cosmogonía mexica apunta 4 producciones de todo el mundo adjuntado con sus respectivas destrucciones. Finalizados estos ciclos, sucedió el mito de la aparición del Quinto Sol.
Se cuenta que, en la mitad de la obscuridad y el caos, apareció Huehuetéotl, dios del fuego, y solicitó a alguna deidad que se arrojara a la hoguera que él había desarrollado para renacer con apariencia de sol. De este modo lo ofreció Nanahuatzin, un dios enfermo lleno de pústulas. Segundos después, Tecciztécatl, el Señor de los Caracoles, logró lo mismo. Este último, en contraste a Nanahuatzin, era fuerte pero asimismo insolente.