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Cuál fue el último continente en ser poblado por los seres humanos

América América fue el último conjunto de naciones en ser habitado, en la prehistoria, por el hombre.

Desde 2016 hizo múltiples viajes para efectuar trabajos en los que dialogan tecnología, ciencia y cultura clásico. Un viaje que próximamente acabará en Tierra del Fuego. ¿Cuál fue el punto de inicio y qué te animó a ir mucho más allí?

En 2016 gané una beca Nat Geo Explorer para proseguir los pasos de las ciudades paleosiberianas que cruzaron el ajustado de Bering hace 20.000 años y se transformaron en los primeros pobladores de América. Allí me acercamiento en la cuna del animismo y también intento reiterar lo que me funcionó con ‘A Caçada – El Cazador’, que consistía en examinar los límites entre ficción y situación a través del cine reportaje. Pero en el momento en que llego a la región, mis proyectos se marchan por el desagüe y acercamiento algo que no aguardaba: el pueblo de Vankarem, situado en Chukotka, entre las zonas mucho más frías, orientales y despobladas de la República Federal de Rusia. . Allí tuve mi primer contacto con los Chukchis y conecté con unas tradiciones muy particulares. En su tiempo y mitología, cada individuo no es únicamente una, sino más bien asimismo su padre, abuelo, bisabuelo, etcétera. Así, todos llevan consigo una pequeña una parte de sus antepasados. Me pareció un sendero bien interesante y empecé a examinar maneras de comprendernos desde esa multiplicidad de identidades, de plasmar esa iniciativa en imágenes y de conseguir la forma de conjuntar la parte romántica con la parte experimental. Una de las considerables virtudes de realizar el emprendimiento con Nat Geo es el equipo interdisciplinario con el que pude trabajar, desde expertos en genética de ciudades hasta antropólogos o científicos.

“Europa fue entre los últimos continentes en ser colonizados por el hombre”

Para Homer Aridjis, la energía y armonía de la naturaleza, tras su Materia en incesante germinación, emite una ética y espiritualidad que debe regresar a la tierra transfigurada, a esos orígenes que son, quizás, la única revelación posible en el planeta moderno. Otros fallecidos, deshuesados, parecían estar expuestos al viento ácido y la lluvia negra, o sencillamente transformados en cenizas rojas, o desollados. Los huesos, que parecían ser extraídos de sus cuerpos, estaban atrapados en la arena. O, en determinados casos, un hongo ocupaba el espacio del cuerpo deshuesado convirtiéndolo en una suerte de falo filamentoso y ramificado. Relevantemente, estas novelas de Homero Aridjis, por otra praxis que responde al impulso de la guerra, detallan el derrumbe del andamiaje material de la región. La explosión atómica, opuestamente a los paradigmas comunes de cualquier compañía civilizatoria, discurre fuera del comprensión documentado y metódicamente archivado para la posteridad en lo que forma la memoria colectiva a nivel oficial.

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