Para varios de los pobladores de este habitual campo del centro oriente de la ciudad más importante antioqueña, Escobar era su ?Robinhood colombiano? desde la donación de sobra de 200 casas a personas en extrema pobreza en Medellín, Colombia.
Si no fuese por él, yo no tendría esta casa y no pagaría ni un peso. No sé si fue malo. Él y su mamá asistieron a varios pobres como yo”. De este modo, María Marlene Torres protege con uñas y dientes a Pablo Escobar Gaviria, quien le obsequió la vivienda donde habita ya hace prácticamente 27 años, en el vecindario que transporta el nombre del fallecido cocainómano. jefe del Letrero de Medellín.
La baja viuda de 57 años con 2 hijas, desde temprana edad marcó un tanto el lote, se encuentra dentro de las creadoras no solo del campo, sino más bien del clase de fraternidad devocional que en este intramuro se cuajó cerca de la figura de entre los mayores delincuentes de la crónica de Colombia, y también insinúa que en su casa, la No. 26EE142, y en este vecindario, que nace en las faldas del el centro oriente de Medellín, no cae bien si afirmas cosas malas del dueño de la región, quien donó el lote y 500 viviendas de un piso a gente necesitada
Hacienda La Manuela, El Peñol
de la finca La Manuela aún se mantiene, su construcción fue encargada por Esco bar en la década de 1980. Es una propiedad de ocho acres. Fue el destino de varios delincuentes que hacían orificios en las paredes y pisos en pos de riquezas ocultas.
Gracias a que este sitio tiene una historia que llamó la atención de varios por la actividad delictiva del narcotráfico, se transformó en una parada oficial para los tours de drogas.
Una construcción enigmática
Una parte de los varios millones de dólares estadounidenses que ganó el jefe del Letrero de Medellín se transformaron en coches de gran lujo, aeroplanos, animales exóticos y mansiones. Estas características no solo las repartió en su Colombia natal, donde regularmente jugaba con las autoridades, sino asimismo mandó crear una villa en la selva de Tulum que daba al mar. Un espacio para ocultarse y desconectar.
La construcción de la vivienda empezó en 1992, antes de su muerte, y hasta hoy no se conoce quién le dio permiso para crear la propiedad. Entre las teorías mucho más difundidas es que la operación estuvo al cargo de Amado Carrillo, un habitual narcotraficante mexicano y buen amigo de Escobar.