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Quién es el guardián de las puertas del cielo

Para los viejos, Jano era el guardián de ámbas puertas del solsticio: Janua Caeli ?puerta del cielo? y Janua Inferni ?puerta del infierno?, con lo que se le representaba con 2 llaves, una de oro y otra de plata.

El misterio de las puertas del cielo y del infierno. Solución

Para estar completamente seguro de que su contestación es adecuada, el preso debe preguntar a alguno de los guardas lo siguiente: «¿Si le pregunto a su compañero que me afirme cuál es la puerta que transporta al cielo? ¿Dime tú?

Si le cuestiones a alguno de los 2 guardas, vas a saber que debes salir por la puerta contraria a la indicada.

«Aquí siempre y en todo momento van a ser bienvenidos», ha dicho

Edén.- A lo largo de una charla de prensa, San Pedro mencionó que, tras charlar con Dios, eligieron otorgar a todas y cada una de las ánimas dadivosas que tomar prestado su Cuenta de Netflix, un pase directo al cielo. El guardián de las Puertas del Cielo mencionó que para ellas siempre y en todo momento van a estar abiertas, para contribuir a otros a hallar la alegría.

El día de hoy en la celebración de San José, padre adoptivo de Jesús, marido de la Virgen María, custodio de la Sagrada Familia y Patrono de la Iglesia Universal, nuestro Directivo Ejecutivo piensa sobre la crisis de la familia en Chile y el valor de la paternidad.

El rencuentro con viejos amigos nos ordena a contestar a el interrogante en ocasiones cariñosa, en ocasiones indiferente y puramente diplomática “cómo te encuentras”. Escoger el monosílabo con el que contestar es poco a poco más complejo si me tomo seriamente el futuro de Chile. El río prosigue agitado y la ganancia —por goleada— es para la ideología que se expresa en el no sindicalismo superficial y en el “pactado” totalitario. No tiene que ver con ser general tras la guerra, pero este caos era predecible y, en verdad, se encontraba advertido. La estética revolucionaria previo y posterior al 18 de octubre no dejó espacio para el talento que predominó y aún predomina.

La Convención, por su lado, esconde sus verdaderas pretenciones con febriles desvaríos que han despertado a los amarillos, a enormes y pequeños. Es verdad: las reglas proposiciones no refundan, sino rehacen a Chile, demoliendo la unidad de la Patria en islotes fragmentados de identidad. La codiciada casa común quedó achicada a una pobre testera que cobija a los mucho más taimados que supieron alzar una exclusiva bandera.

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