En varias leyendas Melpómene hace aparición como la madre de las sirenas, cuyo padre sería Aqueloo o Forcis, el padre de las Gorgonas.
En este capítulo acercamos el origen de las sirenas. Prácticamente todos conocen a estos seres mitológicos por su aparición en inmensidad de películas, series y también historias. Pero, ¿nos hemos preguntado lo bastante sobre ellos? ¿Dónde se encuentra tu origen? Ahora, te desvelamos todo sobre ellos.
Remontándonos al comienzo de su crónica, estas criaturas mitológicas brotaron del temor. Un temor que se desarrolló al meditar en el riesgo que representaban los largos viajes por mar. Su origen se remonta a la increíble mitología griega, donde las sirenas no existían como imaginamos en la actualidad. Eran conocidas como «pájaros sirenas» y se caracterizaban por tener medio cuerpo como una mujer real y la mitad inferior, con cuerpo de pájaro. Por otra parte, logramos hallar otro género de sirena, famosa como: «pez sirena», que es la mucho más famosa y la que mucho más hace aparición en películas y series, con la mitad superior del cuerpo de una mujer y la inferior la mitad, con una cola de pez. En el próximo parágrafo, vamos a hablar mucho más sobre esta pluralidad de sirena.
El cuerpo de las sirenas
Más allá de que las sirenas viven en los mares y lo que comúnmente se ha representado radica en el cuerpo de un pájaro y la cara de una mujer, por consiguiente, no tenían aletas sino más bien alas .
Hay múltiples historias sobre esto. Se señala que su nutrición se fundamenta eminentemente en la vegetación marina, aparte de pequeños animales del mismo ámbito.
¿De qué forma nacieron las sirenas?
Según otra versión, las sirenas nacían de la sangre que emanaba de la herida. En un caso así, semejantes criaturas tienen padre, pero no madre, puesto que fueron concebidas sin participación femenina. Otra historia señala que las sirenas eran hijas de Forcis, un dios marino, descendiente de Océano y Tetis.
¿Quién es la mujer de la sirena?
Gabriela Puente efectúa un viaje mítico/filosófico por medio de las nociones de caos escencial, el mar, la madre horrible y el mitologema del descenso a los avernos de los dioses solares. Ilustrado por María Lublin.
“A todos y cada uno de los dioses de la miel.
A la dama del laberinto de miel.”