Hera le suplicó que luchara al lado de los helenos, pero Labres favorecía a los troyanos, mientras que Atenea apoyaba a los oponentes. Tras ser herido por Diomedes, cuya mano guió Atenea, los 2 dioses eligieron pegar en lo personal la muñeca en la guerra final de la disputa, y Labres perdió.
Lo anunció hace unos días en sus comunidades y ha cumplido su palabra. Antonio José presentó de manera oficial su novedosa apuesta musical y lo logró con la meta de hallar que sus fanes empezaran el mes de marzo al mejor ritmo viable.
Presentada bajo el título El día de hoy no andas solo, la artista compuso una canción que invita a la reflexión y consigue pasar del primer compás. Un simple que está libre en todas las interfaces de uso contínuo y con el que dejó claro que lo destacado está por venir.
Marte en la mitología romana: entre los dioses mucho más esenciales
Para los romanos, no obstante, Marte era un dios fundamental.
Fue reconocido como el padre de Rómulo y Remo, en un inicio adulado como el Dios de las Tormentas, era por consiguiente una deidad agrícola que se invocaba para resguardar las cosechas.
1969
Recibió su primera nominación al Oscar por su actuación en El Cuco Estéril.
Ganó un premio de la Academia por su interpretación de Sally Bowles en el musical Cabaret. Esta producción la lanzó a la popularidad mundial y asimismo la transformó en un emblema del género.
Mito de Labres y Adonis
El cariño entre Labres y Afrodita no duró bastante, como es frecuente en el Olimpo. Afrodita se enamoró de un príncipe chipriota llamado Adonis. Adonis era un joven de enorme hermosura, fruto de la relación incestuosa entre el rey de Chipre y su hija, gracias a una maldición que nuestra diosa, recelosa de la hermosura de la princesa, les había lanzado. De esta forma empieza el mito de Labres y Adonis.
Afrodita se enamoró después del joven Adonis y tuvo relaciones con él a espaldas de su marido Hefesto y su apasionado Labres. En el momento en que el dios heleno de la guerra se enteró del caso, movido por los celos, decidió matar a Adonis. Era muy aficionado a la caza y, pese a las observaciones de Afrodita, actuó con imprudencia muchas veces. Un día salió de cacería y vio en frente de él un colosal jabalí que no era otro que exactamente el mismo Labres. El animal atacó al joven con sus colmillos venenosos engastados en su pierna. Frente a los chillidos de Adonis, Afrodita descendió del Olimpo, pero solo llegó a tiempo para tomarlo en sus brazos y transformar la sangre vertida en flores rojas.