Hunab Ku – Wikipedia, la enciclopedia libre.
En la narración de la raza humana, entre los libros que mucho más fué traducido a otros lenguajes es la Biblia. Fué traducido íntegramente a 450 lenguajes, con lo que no podía faltar la versión en idioma maya. Este fue editado por la Sociedad Bíblica de México, A.C. en 1992. La copia que conservo, con bastante aprecio, fue un obsequio del P. Domingo Dzul Poot, integrante de la Academia de la Lengua Maya de Yucatán, A, C., reconocido local y también a nivel internacional como un increíble narrador, hablante de la lengua maya y, por consiguiente, entre los designados para traducir la biblia al maya: U Tan Yumku.
Don Domingo, con su carácter jovial, un día me ha dicho: Chan José Tec, te obsequio esta biblia pues veo que eres un individuo dedicada al estudio y enseñanza de la lengua maya, un día les va a ser útil, así sea en su historia religiosa o en su conocimiento lingüístico.
Peculiaridades duales de los dioses mayas
En ocasiones puede ser bien difícil detectar a los dioses mayas, eminentemente pues varios de ellos tenían peculiaridades duales como humano – animal, viejo – joven, hombre – mujer .
Casos populares son los de la diosa Ixchel, que se puede localizar como una anciana y en otras representaciones la podemos encontrar como una mujer joven.
Hurakán
Hurakán («el cojo»), es un dios celestial que encarna las tormentas, crecidas de agua y otros catastrofes naturales. Según el Popol Vuh, formó una parte del «corazón del cielo» en una tríada de dioses sin forma (Caculhá Huracán, Chipi-Caculhá y Raxa-Caculhá) que asistieron a los dioses progenitores en la creación de todo el mundo.
En verdad, el diluvio universal que terminó con las ediciones anteriores (barro y madera) del humano, que encolerizó a los dioses, abrió el sendero para la llegada del hombre definitivo, hecho de maíz.
La existencia de la serpiente emplumada en distintas etnias mesoamericanas
La figura de Kukulcán o la serpiente emplumada está que se encuentra en varios pueblos prehispánicos mesoamericanos.
La iconografía de este dios se afianzó en los últimos tiempos del periodo preclásico. Se estima que la presencia del culto a Kukulcán es considerablemente más vieja.