Hades (????) Con tres hermanas, Deméter, Hestia y Hera, y 2 hermanos, Zeus (el menor de todos) y Poseidón, juntos formaron los seis dioses auténticos del Olimpo.
José Benlliure y Gil, «La barca de Caronte». Óleo sobre cuadro, 1919. Museo de Preciosas Artes de Valencia.
Debo confesar que frecuentemente me cuesta traducir un mito o una historia vieja que debe ver con el infierno, y hay que ver que existen muchos. Es que no solamente los helenos, todas y cada una de las etnias, viejas y modernas, tenían y tienen su concepción de lo que pasa tras la desaparición. Además de esto, pienso que pertence a las especificaciones que diferencia a cada cultura, su iniciativa de lo que ocurre en el momento en que alguien muere. Hades, Tartarus, Erebus no son solo una manera de denominar lo innombrable entre los helenos, sino más bien asimismo una manera de aludir a nuestro mayor temor y, más que nada, una manera de concebir nuestra vida y el destino que nos espera. En ocasiones, traducir totalmente este concepto es un tanto difícil.
Dioses del Infierno en la Mitología Romana
En el Infierno vivían distintas deidades, ellas eran:
Plutón: el dios primordial del inframundo. Era el Hades heleno.
Hades
Hades era el monarca de todo el mundo obscuro del inframundo. Fue entre los dioses helenos poco populares, pese a tener una suma importancia en la narración de la mitología griega. Es por el hecho de que los helenos tenían bastante temor de nombrar la desaparición, en tanto que podría representar una invocación de exactamente la misma.
Necromanteion: el oráculo de los fallecidos
El centro espiritual más esencial donde se rendía culto a Hades era el oráculo de los fallecidos o necromanteion en Ephyra ( Tesprótida). En esta clase de oráculos, eran exactamente las mismas ánimas de los fallecidos las que predecían el futuro. Se escogió este sitio por el hecho de que aquí la conexión con el inframundo era aún mayor: aquí convergen los ríos Acheron y Cocytus, cuyo nacimiento está en las profundidades del reino de Hades.
El necromanteion de Thesprotia era tan esencial en la vieja religión griega como los oráculos de Delfos y Delos. Si este último simbolizaba el comienzo de una exclusiva vida, el necromanteion era asimismo un inicio, pero en el mucho más allí. Delfos, por su parte, era el centro, el ombligo de todo el mundo heleno.