Los sueños precognitivos, en expresiones fáciles, son sueños que te dan información sobre el futuro que de otra manera no sabrías. Afirmemos que sueñas con tu hermano tras meses de no comprender nada de él. Al día después te llama.
Indudablemente Dios usó sueños anteriormente para ofrecer un mensaje de profecía a los necesitados. De esta manera que iremos a investigar varios de los mucho más visibles.
Empezando por José, hijo de Jacob; Joseph empezó a recibir sueños en el momento en que era muy joven. Sus sueños eran proféticos. La primera fue la de las gavillas de trigo inclinando su gavilla o gavilla. El próximo sueño fue del sol, la luna y 11 estrellas inclinándose frente él. Esto le provocó mucha persecución por la parte de sus hermanos e inclusive su padre se encontraba molesto por ello último. Entendemos que después, en el momento en que José estuvo en Egipto, estas premoniciones se cumplieron.
Sueños proféticos en la Biblia
Los sueños proféticos en la Biblia tienen un concepto muy importante. En el Viejo Testamento bíblico hay múltiples visiones experimentadas por distintos hombres y mujeres que fueron utilizados por Dios para trasmitir su mensaje.
De ahí que el concepto primordial de los sueños proféticos en la Biblia es tener un carácter premonitorio. Pues por medio de esos sueños Dios les mostró a los hombres y mujeres lo que se encontraba por ocurrir.
Los sueños proféticos o psíquicos se tienen la posibilidad de clasificar en las próximas categorías:
Visualizaciones: Estos sueños implican a un individuo fallecida. Los fallecidos se muestran en sueños para dar un mensaje esencial.
Estos sueños comprometen percibir voces o sonidos increíblemente diferentes y claros. Las voces se muestran de la nada. En ocasiones no tienes idea de dónde vienen la voz o los sonidos. Es esencial prestar atención al mensaje.
Un sueño profético sobre un futuro marido
El Báb, precursor de Bahá’u’lláh, fue una figura central en la fe bahá’í. Nació en 1819 en Shiraz, Persia (en este momento Van a ir). Antes que el Báb se casase con su mujer, Khadijih Bagum, a la edad de 23 años, ella tuvo un sueño profético de que el Báb sería su porvenir marido.
Khadijih era una de tres hermanas, y los matrimonios arreglados eran recurrentes en ese instante. Relató que una noche soñó que la madre del Báb llegaba a su casa aguardando que Khadjih o una de sus hermanas se casase con su hijo.