Jorge Rafael Videla / Pequeños
Un hombre llega a casa, como todos y cada uno de los días, en el final de una jornada laboral rutinario. La corto charla con el hijo menor tiene el tono y bajo volumen de seguridad. ¿Prosiguió el niño a su hermana, como le había pedido su padre? Todo semeja señalar que no le agrada nada el novio de su hija joven, pero una línea de diálogo relativiza cualquier rastro de la frecuente sobreprotección paterna. ¿No es el cortesano un «sirviente», un joven espía que explota su cercanía con la muchacha para investigar los movimientos diarios de la familia?
El hombre en cuestión es Julio César Strassera, un letrado de carrera habituado a los vaivenes de la vida profesional en los tribunales. Los tiempos que le toca vivir son convulsos y débiles. La democracia da sus primeros y desequilibrados pasos, y si bien el esquema de terror que vivió el país a lo largo de siete años terminó, el poder de los militares todavía es nada menos.
Los 14 alumnos de Bahía
La Cámara Federal consideró ilegal la privación de independencia de catorce alumnos de secundaria de la ENET Número Uno “Ingeniero Cipolletti” de Bahía Blanca en el último mes del año de 1976. El conjunto de chicos fueron recluidos en el transcurso de un mes en un espacio que identificaron como el centro furtivo de detención “La Escuelita”, donde fueron sometidos a “interrogatorios bajo tortura” sobre su presunta participación en distintas asaltos.
Entre los presentes de esta situación es Sergio Andrés Voitzuk, quien relató que fue detenido en su residencia de Bahía Blanca entre el 17 y el 20 de diciembre de 1976. Asimismo recordó que fue detenido por personal armado en civil ropa y lo condujo a un espacio que entonces reconoció como “La Escuelita”.