Quién fue el primero que oro en la Biblia

Dios llamó a este primer hombre Adán, que significa «el hombre». Y plantó Dios un jardín en Edén, un espacio lejano en el oriente, y puso en él al hombre que había desarrollado.

Los Libros de Enoc son libros históricos y no inspirados

De los tres libros, podría decirse que el más esencial es el Primer Libro de Enoc, cuya integridad se compuso en distintas instantes a lo largo de la última 2 siglos tras Cristo. Ciertos eruditos estiman que las partes mucho más viejas de este libro forman parte al periodo macabeo.

Este libro tiene algún propósito en concepto de estudiar el periodo intertestamentario, arrojar luz sobre el trasfondo de ese periodo y proveer un concepto de la teología judía precristiana, si bien no puede considerarse canónico bajo ninguna situación.

¿Con qué moneda se pagó a Judas?

Otro de los puntos mucho más debatidos del pasaje de Mateo fue aclarar qué género de monedas recibió Judas por su traición. La primera cosa que hay que tomar en consideración es que la extensa variedad de monedas atestiguadas en Judea en esa temporada hace difícil discernir su origen exacto. Judea, antes de transformarse en provincia romana en el año 6 d.C. C, estuvo bajo el control de los persas, Alejandro Magno, el Egipto tolemaico y los seléucidas. A lo largo de cada etapa, toda vez que modificaban las elites mandatarios, se introdujeron novedosas monedas, con lo que es bien difícil entender qué monedas precisas se emplearon como pago.

No obstante, los investigadores han anunciado 2 probables hipótesis. La primera es que podrían ser estadistas helenos. Los staters eran la moneda mucho más importante citada en el Nuevo Testamento. Inicialmente fueron acuñadas en oro y después en plata por Felipe II y Alejandro Magno y siguieron en circulación bastante tras su muerte. En este sentido, se puede destacar un pasaje de Mateo (17,27) en el que se registra de qué forma Pedro halló, en la boca de un pez, una moneda que sería un estater, con la que pagaría el impuesto de forma anual. al Templo de Jerusalén. . Por este motivo, ciertos autores dedujeron que las treinta monedas podrían ser estateras.

Un caso de muestra

No hay solamente que añadir sobre lo que le pasó a Enoc, pero es un caso de muestra para nosotros que agradamos a Dios. Primero tuvo fe: creyó en Dios, obedeció todo cuanto sabía que Dios deseaba que hiciese (en ese instante no había una ley redactada, todo cuanto Enoc sabía de Dios era lo que Adán y Eva habían trasmitido oralmente), y Enoc fue leal en realizar estas cosas por 300 años, bastante tiempo.

Dios miraba a Enoc y se encontraba complacido con él. Del mismo modo, Dios protege de nuestras vidas. Como cristianos, ¿procuramos agradar a Dios como contestación a la clemencia de Dios hacia nosotros en Cristo (cf. Rm 12, 1-2)? No es muy probable que Dios admita a alguno de nosotros como lo logró con Enoc y Elías, pero Él desea que lo agrademos, que andemos con Él y obedezcamos lo que entendemos de Sus mandamientos, y procuremos conocerlo cada vez más a fin de que Él logre charlar. a nosotros., guiarnos y dirigirnos, y utilizarnos en cualquier forma que Él quiera.