La auténtica felicidad del hombre está en tener miedo a Dios pues quien verdaderamente saca el máximo beneficio de la vida es el que reconoce a Dios en todos y cada uno de los campos de su historia y anda en la obediencia a Su Palabra. Dios bendice a los que le se preocupan. La bendición de Dios va alén de lo material, comienza en el hogar.
Josué presentó 2 opciones al pueblo, o servían a dioses paganos y extranjeros o al Señor, como él había decidido llevarlo a cabo (Josué 24:15). Tengamos en cuenta que él era el líder, el ungido para apoderarse la Tierra Prometida y además de esto, probó que era un sacerdote de su casa. Tenía enormes responsabilidades, pero no descuidó a su familia. Decir que decidimos ser útil a Dios al lado de la familia no es confesarlo con expresiones mágicas, sino más bien asumir el deber de caminar un sendero bien difícil pero bendito. Todos deseamos un hogar feliz y próspero, pero primero debemos elegir llevar a cabo lo preciso.
No es moco de pavo, ni para los pequeños llevarlo a cabo ni para los progenitores comenzar. En el hogar, nuestra familia sabe quiénes somos y cuál es nuestra situación, no tenemos la posibilidad de engañarles ni mentirles por el hecho de que conocen nuestro accionar y reacciones. Esto nos compromete aún mucho más con el cambio real. Las cosas no cambiarán de un día para otro, pero es esencial cerrar la puerta al mal.
Usos del yeso en la Biblia
Posiblemente en Jericó hiciesen yeso calentando algunos elementos como piedra caliza o yeso que trituraban para proporcionarles la mejor calidad. Lo mucho más posible es que hirvieran los materiales y después cubrieran las paredes de ladrillo, dando de esta manera una cubierta delgada que podría pintarse después.
El yeso asimismo fue muy empleado en el momento en que se aplicaba sobre superficies que requerían la inscripción de enigmáticos mensajes. También, fue usado en estanques, muros y cisternas de empleo común por los viejos pobladores.
¿Qué afirma el Salmo 128 en la Biblia?
ᐅ Salmo 128 | Dichoso el que teme al Señor
1 Bienaventurados los que se preocupan al Señor, los que andan en sus caminos. 2 Lo que ganaste con tus manos, eso vas a comer; tu mujer va a ser como una vid llena de uvas, tus hijos van a ser como ramas de olivo cerca de tu mesa.4 Semejantes son las bendiciones de los que se preocupan al Señor.
1 Corintios 16:13
Velad, estad firmes en la fe; pórtate varonilmente y esfuérzate.
Igualmente, jóvenes, sométanse a sus mayores; y todos, sujetos unos a otros, vístanse de humildad; pues: Dios resiste a los soberbios, y da felicidad a los humildes.